Los corazones dejaron de ser un ‘must’ exclusivamente de San Valentín para transformarse en esa pieza que transmite el amor y la ternura durante todo el año.
Desde otras épocas las joyas han marcado un símbolo de estatus que, además, expresan en parte la personalidad de quien la lleva puesta. Formas, colores y materiales son parte fundamental de esa identidad de toda persona.